Ya para estas alturas dudo mucho que haya gente por ahí viviendo día con día ignorando que los terroristas de cuello blanco son los que en verdad dañan y dominan todavía sus vidas en contubernio con los gobiernos y los grandes empresarios. Pero como todavía existen el futbol, los reality shows y Mtv,aquí se los expongo otra vez:
EL TERRORISMO ECONÓMICO.
LAS MULTINACIONALES ATERRORIZAN AL TERCER MUNDO.
LAS MULTINACIONALES ATERRORIZAN AL TERCER MUNDO.

Imaginemos escenas diferentes en dos partes del mundo. En el primer escenario tres encapuchados penetran en una embajada. Después de un tiroteo los terroristas toman como rehenes al Embajador y a otros sobrevivientes. Exigen al Gobierno que libere a varios prisioneros partidarios suyos; de lo contrario amenazan con destruir la embajada y matar a sus rehenes.
En el segundo escenarios tres gerentes vestidos de gris hacen una incursión en un país. Su economía está derrumbándose y ha dejado al gobierno impotente para administrar los servicios esenciales. Caen las cosechas, hay corrupción interior y las catástrofes naturales exigen grandes gastos; las personas están desesperadas y agonizantes. El FMI y los ejecutivos de Banco Mundial definen los términos y condiciones de un préstamo de 50 mil millones de dólares.
En la primera escena se captura a los terroristas y se les aplica la pena de muerte. A los banqueros de la segunda escena se les premia por su éxito al secuestrar la economía de ese país. La trampa de la Deuda mutila e impide la capacidad de pago del país en el futuro. Los gerentes reciben bonificaciones que hacen que sus ingresos sean mayores que los sueldos de todos los obreros mal pagados del país que los banqueros comprometieron en la trampa de la Deuda.
Durante los últimos cincuenta años, el FMI y el Banco Mundial han forzado un “desarrollo económico" que beneficia a los prestamistas adinerados y a las corporaciones bancarias multinacionales en el norte industrializado y esclaviza la mayoría de pobres del mundo subdesarrollado, los países del Tercer Mundo. Esta Deuda ha secuestrado las economías de más de 60 países. Sólo se dan préstamos, ayuda internacional y alivio de la carga de la Deuda cuando los países aceptan las condiciones que imponen el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional. Exigen sistemas de librecambio, liberalización del mercado, y privatización de recursos esenciales y de servicios que supuestamente lograrán la ”estabilidad financiera" en el futuro. Mientras los pagos de intereses obligan a hacer recortes en el cuidado de Salud, la Educación y otras prestaciones sociales para millones de personas, los Bancos que "rescataron" a esos países informan en sus balances de sus grandes ganancias. Las crisis humanitarias como las guerras se han vuelto el negocio lucrativo de los que tienen el dinero para prestar.
Hace diez años, el economista J. W. Smith advirtió, "El tamaño de la trampa de la Deuda puede controlarse para exigir todo el superávit de la producción de una sociedad, pero se le permite continuar creciendo con la magia del interés compuesto que es insostenible. La Deuda del Tercer Mundo creció un 20% anual entre 1.973 y 1.993; de 100 mil millones de dólares a 1,5 billones de dólares (solamente 400 mil millones de los 1,5 billones son realmente el dinero, el resto es el Interés compuesto clandestino). Si la Deuda del Tercer Mundo continúa creciendo un 20% por año, en 2.025 la Deuda habrá alcanzado los 117 billones de dólares...
Más chocante que la magnitud de las cifras es el hecho frío de que la trampa de la Deuda roba toda el superávit de la producción de una sociedad entera y, además, obliga a un país a trabajar para nada. Esta fórmula de terrorismo castiga a los niños, abandona a los enfermos y esclaviza a los adultos.

Se calcula que existen unos 100 millones de niños de la calle, de los que 40 millones viven en América Latina. Aunque muchos de estos niños tienen familia pasan casi toda su vida en las calles mendigando, vendiendo chucherías, lustrando zapatos o lavando automóviles para completar los ingresos de sus familias. Estos niños difícilmente recibirán una educación más allá del cuarto grado de Primaria. De esa cantidad unos 25 millones de niños no tienen familia y viven en las calles con otros niños callejeros, duermen en edificios abandonados, bajo los puentes, en las puertas, o en los parques públicos. Estas jóvenes víctimas de la Deuda recurren al robo o a la prostitución para sobrevivir. Consumen substancias inhalantes que les ofrecen un escape de la realidad y de los dolores del hambre a cambio de padecer problemas físicos y psicológicos, alucinaciones, edemas pulmonares, fallos renales y daños cerebrales irreversibles. Además suelen ser víctimas de abusos sexuales, maltratos u homicidio por las personas que se supone que los protegen.
Mientras los países endeudados se esfuerzan en pagar el interés creciente de los préstamos, sus hospitales, escuelas, suministros de agua, electricidad o transportes públicos se deterioran rápidamente con los presupuestos reducidos. La enfermedad, la desnutrición y la falta de higiene caracterizan a muchas ciudades del Tercer Mundo. Los niños que sobreviven son incapaces de leer y escribir porque los presupuestos del estado para la Salud y Educación disminuyen cada vez más por los recortes presupuestarios para poder atender la Deuda Externa. Por ejemplo, en Nigeria, uno de los países más pobres del mundo, el gobierno gasta tres veces más en el reembolso de la Deuda que en Salud y Educación.

Pero esto no preocupa a los Bancos que prestaron el dinero. Su único objetivo es hacer a sus clientes ricos aun más ricos. Los kenianos dejan a las viudas morir de SIDA dejando cinco huérfanos; estos datos no entran en los libros de contabilidad; sin embargo, sí entra en el libro Mayor de Contabilidad la comida genéticamente modificada que la viuda hambrienta y sus niños se obligan a comer. La crisis humanitaria ha creado un mercado para comida modificada que el resto del mundo no quiere consumir. Después de todo, los mendigos no pueden ser exigentes.
Como contraste, los individuos más adinerados en el mundo pueden escoger o comprar lo que ellos quieran. Encabeza la lista Bill Gates cuyo valor neto en 2.003 es cuarenta mil millones dólares, o sea cuatro veces el servicio de la Deuda anual de África subsahariana y dieciséis veces el gasto anual en Salud y Educación en esos países. Los 497 billonarios del mundo en 2.001 registraron una riqueza combinada de 1,54 trillones de dólares, muy por encima de los productos nacionales brutos combinados de todas las naciones de África subsahariana (929,3 mil millones de dólares) o los de las regiones petroleras del Medio Este y del África del Norte (1,34 trillones de dólares). Estas quinientas personas tienen riquezas mayores que las de los ingresos combinados de la mitad más pobre de humanidad.
Pensemos un minuto en estas cifras. Las quinientas personas más adineradas tienen demasiado mientras casi tres mil millones personas nada tienen. Piense en el significado de esto. Mientras quinientas personas tienen bastante dinero para comprar varios países, la mitad de la humanidad gana menos de 2 dólares por día y puede comprar comida apenas para sobrevivir. Peor aún. Cualquier extra que un obrero del Tercer Mundo pudiera ganar va al pago del servicio de la Deuda. Los bancos ganan y los accionistas aumentan su riqueza. Los quinientos en la cima del árbol han extendido sus ganancias a costa de la pobreza.
Después de la Cumbre del G-8 en Okinawa (Japón) en el año 2.000, el Presidente Obazanjo de Nigeria hizo este comentario sobre la Deuda de Nigeria: “Nosotros habíamos pedido prestados en 1.985 alrededor de 5 mil millones de dólares y hemos pagado, aproximadamente, unos 16 mil millones. Y nos dicen que aún debemos 28 mil millones más. Pues bien esta cantidad es consecuencia de la injusticia en las tasas de interés de los acreedores extranjeros. Si usted me pregunta qué es la peor cosa en el mundo, yo diré que es el “interés compuesto”. Es decir Nigeria en esos momentos estaba pagando como reembolso de la Deuda ¡13 dólares para cada dólar que recibió! .
Así pues el Banco Mundial y el FMI aparecen como el blanco de todas las personas que trabajan para suprimir la Deuda del Tercer Mundo. Pero tras estas dos instituciones bancarias internacionales están los Bancos Nacionales, las consultorías financieras, las multinacionales y los políticos que manejan la riqueza del mundo. En 1.978 se constituyó el "Grupo de los Treinta", asociación privada internacional sin ánimo de lucro, integrada por los principales representantes de los sectores privados, públicos, académicos y financieros, cuyo objetivo es “profundizar en el conocimiento económico y financiero internacional para examinar las opciones disponibles y vendérselas a los que hacen la política de los mercados y las naciones." Este grupo está conformado por las autoridades más poderosas e influyentes del mundo financiero. Pues bien, a pesar de todo este poder y sus acuerdos obtenidos en prestigiosas Cumbres Económicas Anuales no han logrado neutralizar el terrorismo de la Deuda del Tercer Mundo. Y es que todas las soluciones pasan por salvaguardar y defender primero la riqueza de los accionistas de bancos y multinacionales.

Estos expertos financieros son incapaces de mirar hacia soluciones de futuro. El nivel actual de la Deuda Externa Mundial es insostenible ya que pretende aumentar la productividad a costa de las gentes que viven en las regiones más pobres e insalubres del planeta, y esto llevará en el futuro al derrumbamiento total de la economía global.
Cuando los Naciones Unidas escribieron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1.948, la Humanidad se estaba recuperando del trauma de la IIª Guerra Mundial y el horrendo genocidio de millones de gentes inocentes. En ese momento era necesario para la Humanidad ratificar los derechos humanos básicos y el principio de la dignidad humana: "Todos tenemos derecho a una forma de vida adecuada a nuestra salud y bienestar y de nuestra familia, incluso la comida, el vestido, el alojamiento, el cuidado médico, las prestaciones sociales necesarias y el derecho a la seguridad en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otra falta de sustento en circunstancias más allá de nuestro control".
El genocidio que padece el Tercer Mundo hoy es aún más horrendo que el de los campos de muerte de la Alemania Nazi. Ahora el objetivo principal no es la “pureza de la raza", sino hacer más ricos a los dueños de la riqueza que nos dominan.
En su loca persecución de la riqueza y el poder los Bancos y las Multinacionales aterrorizan al Tercer Mundo. Aquellos de nosotros que vivimos cómodamente en los países desarrollados somos parte del crimen, somos sus cómplices. Nuestro estilo de vida y las expectativas de que nuestros ahorros crecerán, alimentan el terrorismo de la Deuda. Podríamos ahorrar unos dólares con la ropa importada barata que usamos, el café que bebemos o la gasolina que consumimos en el automóvil; pero esos ahorros hacen esclavos a millones de niños y ha fomentado nuevas guerras. Nuestra humanidad ha sido secuestrada por el dólar. La búsqueda de la riqueza se ha vuelto más importante que las vidas humanas.
Es tiempo de salvar nuestra humanidad e “igualar" la economía para que podamos llevar nuestro mundo justamente y no injustamente a la ruina, La teoría Económica no nos alimentará, ni nos vestirá, ni nos albergará cuando hayamos agotado al último obrero. El sistema actual está condenado al fracaso y costará más millones de vidas. Si empezamos ahora nuestros nietos podrán disfrutar un mundo dónde la dignidad humana sea el valor más estimado. Empecemos a arreglarlo hoy.
Wanda Fish es una periodista independiente que ahora dedica su
escritura a la búsqueda de un mundo justo, sin guerras y con la igualdad.
SALUDOS AMIGOS Y ESPERO SUS COMENTARIOS.
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