jueves, 25 de diciembre de 2008

Pero qué pelotudéee,víte?



MALARGÜE– Científicos que trabajan en el laboratorio internacional Pierre Auger, ubicado en este departamento de Mendoza, anunciaron hoy un descubrimiento astronómico histórico, que permitiría desentrañar la fuente y el comportamiento de los llamados rayos cósmicos, los emisores más potentes de energía de la naturaleza, que son estudiados para conocer el origen del Universo.
En concreto, el equipo de especialistas descubrió que estos rayos, que representan la radiación más potente de energía cósmica jamás medida, provendrían de agujeros negros gigantescos situados en el centro de determinadas galaxias.
Los resultados de esta investigación no sólo comenzarían a explicar de un modo más certero el funcionamiento de una de las más potentes, misteriosas y antiguas fuerzas del Universo, sino que también fundan una nueva especialidad científica, “la astronomía de la radiación cósmica”, indicaron los científicos.
Ayer se confirmó desde el sur mendocino que, según estas investigaciones, “las galaxias con núcleos activos son las más probables candidatos a ser las fuentes de los rayos cósmicos de las energías más elevadas que llegan a la Tierra”.

Eran un misterio
Los rayos cósmicos son partículas subatómicas que atraviesan el Universo y se estrellan en la atmósfera terrestre a velocidades cercanas a la de la luz, pero hasta el momento su origen y comportamiento eran un completo misterio para la ciencia.
De allí la relevancia de este descubrimiento, que paralelamente será anunciado a nivel global en la portada de la revista Science, la más prestigiosa del ámbito científico mundial.
De hecho, mientras se realizaba el anunció en Malargüe, en la ciudad de Chicago, el premio Nobel de Física James Cronin festejaba los logros alcanzados por el equipo que él mismo encabeza desde los Estados Unidos.
“Hemos dado un gran paso para resolver el misterio de la naturaleza y origen de los rayos cósmicos de mayor potencia, descubiertos en 1938 por Pierre Auger”, dijo Cronin, coautor del estudio que lleva Science.
Al respecto, Cronin explicó que “este descubrimiento fundamental” permitirá “en los próximos años precisar la fuente exacta de los rayos cósmicos y cómo aceleran las partículas que transportan”.
“Lo que descubrimos es que los rayos cósmicos de las más altas energías no llegan por igual de todas direcciones. Existen direcciones de arribo preferenciales”, dijo en Mendoza Alberto Etchegoyen, de la Comisión Nacional de Energía Atómica y líder para Argentina el proyecto.

Cita :
“Llega otra era para ver el Universo”
MALARGÜE– “Este descubrimiento abre una nueva era para la observación del Universo: ha nacido la astronomía de rayos cósmicos”, anunció ayer el titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Alberto Etchegoyen, quien lideró en Argentina la investigación sobre el mayor fenómeno energético del Universo.
Etchegoyen es el líder para Argentina del proyecto integrado por científicos de 17 países, que es presidido por el premio Nobel de Física James Cronin a nivel internacional y que basa su trabajo en observaciones y mediciones realizadas con el telescopio del laboratorio Pierre Auger, situado en Malargüe, y con su estación “gemela” de Utah, en los Estados Unidos.
El descubrimiento realizado en Malargüe apunta a identificar el origen y el comportamiento de los rayos cósmicos, que hasta el momento representaban un hermético misterio de la astrofísica.
El laboratorio ubicado en el sur de Mendoza “ya ha registrado casi un millón de cascadas de rayos cósmicos”, pero que “sólo los menos frecuentes de ellos, los de mayor energía, llegan a la Tierra sin ser desviados”. De hecho, los científicos del laboratorio Pierre Auger sólo han registrado hasta la fecha 81 rayos cósmicos con energías altas.
Es que la mayor parte de los rayos cósmicos son “desviados apreciablemente por los campos magnéticos que atraviesan en el espacio interestelar e intergaláctico, lo que posibilita identificar sus potenciales fuentes”, señaló un comunicado difundido en Malargüe.
Etchegoyen, en conferencia de prensa, explicó que “se cree que los núcleos activos de las galaxias son alimentados por agujeros negros extremadamente masivos que absorben grandes cantidades de materia”, y que ése sería el origen de los rayos cósmicos.
“Estas galaxias con núcleos activos atraen y devoran gas, polvo y otro tipo de materia y lanzan una prodigiosa cantidad de partículas y energía al cosmos”, añadió.
“Sabemos que los rayos cósmicos de las más altas energías no pueden provenir de distancias muy grandes, de más de cientos de millones de años luz, porque pierden energía en colisiones con el fondo cósmico de microondas, la radiación remanente del Big Bang que llena todo el espacio”, describió, a su vez, Diego Harari, investigador del Centro Atómico Bariloche.


Fuente:
http://www.diariouno.net.ar/2007/11/09/nota164293.html

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