jueves, 25 de diciembre de 2008

El maestro ha hablado

…cuando era pequeño me pasaba a menudo que al despertar de una siesta de repente me encontraba en un vacío de referencias, como si no supiera quién era…

…y, tras un primer momento de asombro, enseguida me entraba un miedo aterrador, como si tuviese una necesidad psicológica de saber quién soy por mi nombre, mi ciudad, lo que creo que soy para mis amigos, mi familia…

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Para la cuarta intervención de esta serie he elegido el libro que más me ha gustado de Jiddu Krishnamurti…



…llamado ‘La libertad primera y última’…



…que comienza con un prólogo del escritor y pensador Aldous Huxley...



…autor que, si no os suena de nombre, quizás conozcáis una de sus novelas más celebradas: ‘Un mundo feliz’, una escalofriante “distopía” en la que Huxley describe un mundo deshumanizado en donde la ciencia y la técnica, al servicio de los intereses del poder, han conducido al mundo a formas sociales de dominación absoluta, a instituciones opresoras de las que nada queda al margen.

El libro en cuestión:
http://rapidshare.com/files/115905564/La_Libertad_primera_y__ltima.doc

“¿Cómo nos liberamos del nacionalismo? Sólo comprendiendo plenamente lo que implica, examinándolo, captando sus repercusiones en la acción externa e interna.

En lo externo, el nacionalismo causa divisiones entre las personas, clasificaciones, guerras y destrucción, lo cual es obvio para cualquiera que sea observador.

En el fuero íntimo, psicológicamente, esta identificación con lo más grande, con la patria, con una idea, es una forma de auto-expansión.

Viviendo en una pequeña aldea, o en una gran ciudad, o donde sea, yo ‘no soy nadie’; pero si me identifico con algo más grande, con el país, si por ejemplo me llamo a mí mismo hindú, ello halaga mi vanidad, me brinda satisfacción, prestigio, una sensación de bienestar; y esa identificación con lo más grande, que es una necesidad psicológica para los que sienten que la expansión del “yo” es esencial, engendra asimismo conflicto, lucha entre las personas.

De suerte que el nacionalismo no sólo causa conflictos externos, sino frustraciones íntimas; y cuando uno comprende el nacionalismo, todo el proceso del nacionalismo, éste se desvanece.

El nacionalismo -con su veneno, sus miserias y la lucha mundial que acarrea- sólo desaparece cuando hay inteligencia, y la inteligencia no surge por el mero hecho de pasar exámenes y estudiar libros.

La inteligencia surge cuando comprendemos los problemas a medida que se presentan. Cuando hay comprensión del problema en sus diferentes niveles -no sólo en la parte externa sino de lo que él implica en su aspecto interno, psicológico-, entonces, en ese proceso, la inteligencia se manifiesta.

Y cuando hay inteligencia desaparece el nacionalismo, el patriotismo, que es una forma de la estupidez”.

"La libertad primera y última" (Jiddu Krishnamurti)
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Gran maestro.

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