miércoles, 17 de diciembre de 2008

La líbido y sus enigmas



Existen muchos interrogantes acerca de la vida sexual, y no son pocas las personas que se avergüenzan a la hora de hablar de sexo. Dudas desde por qué disminuye el deseo hasta la respuesta más acertada sobre si el piercing genital o la depilación del pubis aumentan el placer, serán respondidas a continuación.

La sexualidad humana genera muchos interrogantes que pocas veces son respondidos. Algunos como que no sólo las mucosas son zonas erógenas sino que lo es todo el organismo han sido datos confirmados por la ciencia, pero las incertidumbres van mucho más lejos…


¿Por qué perdí mi libido?

Cuando el placer se aleja de tu vida sexual, y el beso de un chico y el de tu perro te saben igual, es hora de preguntarse ¿Dónde está mi libido?, no es sólo asunto de las zonas erógenas sino de todo el organismo.

Debido a múltiples factores como el estrés, los métodos anticonceptivos, problemas económicos y otros factores. Cerca de un 43% de las mujeres, en algún momento de sus vidas, experimentan una disminución de su apetito sexual que se ha denominado ‘Síndrome del Deseo Sexual Inhibido’.

Esa falta de placer y contacto físico produce trastornos depresivos, baja autoestima, infelicidad… e incluso separación de la pareja.

Los tres factores que atentan inhiben el placer sexual son: Problemas físicos como, por ejemplo, insuficiencia hormonal, diabetes, infecciones vaginales, hipertensión, parto reciente o menopausia hasta incluso un abuso en el consumo de drogas, fármacos o alcohol, que provocan la inhibición de la libido.

Episodios traumáticos como un abandono, un desengaño amoroso, pueden provocar la disminución del deseo. También una autoestima por los suelos, la ansiedad, la angustia o la depresión puede ahuyentar el placer.

Por último, el enemigo para el sexo en el nuevo milenio aparece bajo la apariencia de estrés. Casa, trabajo, pagos, son términos totalmente incompatibles con ‘libido’.

Ideas para despertar el erotismo

El doctor Jürgen Brater, experto alemán en divulgación médica y autor del libro "Lo que a Fleming nunca le preguntaron", responde a algunas de las cuestiones más curiosas sobre el sexo y la reproducción humana con algunas respuestas sorprendentes...


¿Hay posibilidad de un miembro atrapado?

El denominado “pene cautivo”, normal en los acoplamientos de especies, como los perros o los gatos, es rarísimo entre los humanos, pero adquiere mucha resonancia porque reaviva terrores ocultos en el inconsciente masculino. Los testimonios sobre casos en que el pene queda atrapado en la vagina abundan, pero no siempre están bien documentados, y corroboran el pánico a las relaciones sexuales de individuos apocados de uno y otro sexo.

¿Por qué debemos amarnos sin testigos?

Los humanos tenemos un sentido del pudor sexual del que carecen la mayoría de los animales. Buscamos lugares tranquilos y reservados para los actos íntimos con nuestra pareja. En algunas especies de primates, género al que pertenecemos, en las que se dan relaciones estables, los “enamorados” prefieren ocultarse para practicar la unión sexual. Lo hacen para no ser vistos por el resto de la manada, ya que corren el riesgo de transgredir los derechos del macho “alfa” o la hembra dominante, y serían atacados.

¿Es el sexo en realidad un somnifero?

Muchas personas afirman que después del orgasmo, obtenido en la unión sexual o por medio de la masturbación, concilian el sueño con más facilidad. Los estudios creen que la actividad sexual favorece el sueño, al menos en parte, debido a la acción de mecanismos hormonales y sustancias cerebrales.


¿Existe algún record orgásmico?

En un estudio reciente de 10.000 horas de duración efectuado con 751 sujetos, en el Centro de Estudios Maritales y Sexuales de Long Beach, California, en EU, se estableció el récord de 134 orgasmos femeninos en el transcurso de una hora () , mientras que el más potente de los varones no pasó de dieciséis eclosiones. La información no menciona cómo se efectuó la selección de los voluntarios, aunque es de suponer que a nadie se le ocurre acudir a una investigación de este tipo, de no tener acreditados con anterioridad unos resultados “honorables”.


¿Por qué entre más vello menos bello?

La depilación de las piernas femeninas, generalizada en Occidente, a veces se prolonga parcialmente con la del monte de Venus, por razones de estética, como lucir prendas de baño mínimas. La depilación pubiana solía ser completa entre musulmanes de Oriente Medio y del norte de África, como antes lo fue entre los romanos, hindúes, chinos y nipones. Los denominados varones “metrosexuales” se depilan todo el cuerpo. Éstas y otras modificaciones corporales suelen obedecer a motivaciones eróticas, según los expertos.


Anillos “allí”...

Al hombre que desea complacer a su pareja le conviene saber antes qué tipo de “piercing” genital puede ser más estimulante o grato a la otra persona. Si el anillado entra en contacto con los dos puntos principales de excitación del área genital femenina, el clítoris y el punto G, es posible que mejore la estimulación, presuponiendo la habilidad del individuo. Es una decisión personal, para la que conviene escuchar todas las explicaciones que nos den sobre la oferta disponible y los consejos del médico respecto de las medidas de higiene que requiere esta forma de arte corporal, que si bien es reversible, porque puede quitarse, no está exenta de riesgos para la salud.


¿El sexo es salud?

Hay unanimidad médica sobre que unas relaciones de pareja cariñosas y la actividad sexual habitual favorecen la salud, sobre todo debido a la actividad hormonal. Durante los preliminares amorosos, aumenta la secreción de oxitocina, la cual influye en la formación de sentimientos profundos y poderosos, y en la unión sexual, se liberan endorfinas, las cuales suscitan una sensación de bienestar. Durante el orgasmo se liberan prolactina, que es antiestrés, y serotonina, que suscita una sensación de felicidad completa. Durante los ratos de dulce compañía, también secretamos más estrógenos y progesterona, sustancias que fortalecen los huesos y músculos, protegen el corazón y tonifican la circulación.

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