jueves, 11 de diciembre de 2008
FUERTES CONTRADICCIONES
Vamos a empezar como es debido: un tipo con esta cara no puede ser buena persona, que dirían los lombrosianos.
Richard Owen es el fundador de la paleontología, creador de los conceptos de analogías y homologías, descriptor de los primeros fóliles, inventor del término “dinosauria“, competente anatomista comparado y una especie de “CSI” a la victoriana, pues era consultado por el gobierno británico a tales efectos. Se dice que una vez se le cayó una cabeza que acababa de seccionar y que llevaba por la calle, hasta entrar en una casa.
Conocido de Darwin, que necesitó y pidió sus favores, le describió y clasificó muchos de sus fósiles recogidos durante la travesía del Beagle. Con el tiempo, sin embargo, sobre todo después de la publicación de “El Origen de las Especies” esa relación se convirtió en odio. Según el propio Darwin, “por los celos que sintió ante el éxito de la obra … su capacidad de odio no gue superada por nadie“.
“Si Owen podía robar a otra persona sus méritos, lo hacía siempre; y si no podía, se esforzaba por desacreditar sus logros“, dice la historiadora Lynn Barber. Thomas H. Huxley, ojeando una publicación científica de la época, leyó que Owen ostentaba un puesto que, en realidad, era el suyo. Por lo visto, el propio Owen dio esa información errónea a los editores de la revista. Hugh Falconer, experto en elefantes, se dio cuenta de que Owen se había atribuido uno de sus descubrimientos.
Falconer, por cierto, amigo de Darwin , le previno de que era “no sólo ambicioso, muy envidioso y arrogante, sino también mentiroso e insincero”. Su propio hijo, que se suicidó, decía que su padre tenía una “lamentable frialdad de corazón”. En esta línea, llegó a aruinar la vida de Gideon Mantell, que acabaría suicidándose por tal circunstancia.
Owen describió el moa gigante de nueva Zelanda Dinornis, el perezoso gigante sudamericano Mylodon, bajo su supervisión se hicieron las primeras reconstrucciones de dinosaurios, como el del Iguanodon (por cierto, lugar de celebración de un famoso banquete). Y describió el primer Archaeopterix descubierto como una primitiva ave reptiliana.
A pesar de toda la evidencia que él mismo contribuyó a reunir, fue el peor opositor de la teoría de la evolución de Darwin, y proponía que las homologías eran fruto de un plan divino y no de ningún tipo de transformación.
Owen instruyó (al menos, lo intentó) al obispo Wilbeforce para el histórico debate que tuvo lugar en Oxford en 1863, en donde tuvo lugar el famoso episodio con Huxley. (N. del T!: el obispo le pregunto a Huxley de que parte decendia de los monos, si de su madre o de su padre...se zarpo un poco)
Poco a poco, las pifias de Owen comenzaron a ser demasiado patentes y Huxley logró que le expulsaran de las Royal Society y de la Sociedad Zoológica. A pesar de que a partir de aquí no hizo ninguna aportación importante, sí que contribuyó a crear el concepto actual de lo que debe ser un museo: abierto a todo el mundo y no sólo a las élites. Así lo ejerció siendo uno de los jefes del Museo Británico. Pero esa es otra historia.
Que un personaje como este haya contribuido tanto a la teoría de la evolución es, cuando menos, justicia histórica.
Para saber más:
* “Una breve historia de casi todo” de Bill Bryson.
* “Diccionario de la Evolución” de Richard Milner.
* Entrada en la Wikipedia.
* The friends of Charles Darwin.
* Pequeña nota en NHM.
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