jueves, 19 de febrero de 2009

El consumismo



Consumismo es un término que se utiliza para describir los efectos de igualar la felicidad personal a la compra de bienes y servicios o al consumo en general. El caso es ejemplificado por la frase Cuanto más consumo, más feliz soy. También se refiere al consumo desmedido de bienes y servicios en la sociedad contemporánea que impacta seriamente en los recursos naturales y el equilibrio ecológico.

Prueba de esto es el hecho de que el consumo de recursos de la sociedad estadounidense, de aplicarse en todo el planeta, requeriría los recursos de dos planetas más iguales a la Tierra para sustentarlo.

El consumismo inicia su desarrollo y crecimiento a lo largo del Siglo XX como consecuencia directa del capitalismo y de la mercadotecnia asociada; ésta última tiene como uno de sus objetivos crear nuevas necesidades en el consumidor de modo de aumentar las ventas de los productos. El consumismo se ha desarrollado principalmente en el mundo occidental haciendo popular el término antropológico social sociedad de consumo, que se refiere al consumo masivo de productos y servicios por una sociedad determinada.

Etimología

La palabra consumismo proviene del latín: cosumere que significa gastar o destruir y de la palabra ismo del latín -ismus y este del griego -ισμος (-ismos), sufijo que formaba sustantivos de acción a partir de verbos y que describe actualmente una tendencia innovadora, especialmente en el pensamiento y en el arte.

Factores que inducen la compra

Diversos factores inducen a una persona a comprar un producto, éstos se clasifican en:

* Culturales, determinadas por el entorno sociocultural del consumidor.
* Estatus, determinadas por el nivel socioeconómico; el consumo crece por lo general, en la medida que se eleva el nivel socioeconómico.
* Afectivos, determinados por el grado de aceptación o rechazo social o grupal por poseer o no un bien.
* Necesidad, determinados por la necesidad real de un producto para la vida convencional.
* Estandarización o masificación, a medida que un producto es poseído por la mayoría de las personas se eleva la presión para que los que aún no lo tienen lo compren.

De los anteriores factores, los que influyen el consumismo son principalmente los factores de estatus, afectivos y de estandarización.

Posturas críticas

Para mucha gente, el uso de esta palabra tiene necesariamente una carga política, ya que, casi siempre, el que utiliza las palabras consumismo y consumo excesivo lo hace para criticar lo que considera consumo innecesario en otras personas. Una manera distinta de interpretar la palabra "consumismo" es considerarla como una crítica a la organización de la economía de una sociedad que, aunque tal como está ahora, funciona a satisfacción tanto de consumidores como de productores, se puede decir que en su conjunto "despilfarra" ciertos recursos. Un ejemplo trivial podría ser el uso de los envases y las bolsas de plástico. El método moderno es más cómodo e higiénico para los consumidores e incrementa los ingresos de los comerciantes, pero desde el punto de vista del funcionamiento de la economía en su conjunto desperdicia una serie de recursos que antes se aprovechaban mejor, como el petróleo necesario para fabricar el plástico y el acero del que están hechas las máquinas de empaquetar.

Posturas defensivas

Algunos argumentan que los gastos jamás son innecesarios en la opinión del que hace el gasto, pues si, digamos, una persona considera que comprar un coche por diez mil dólares es innecesario porque existe otro de 5mil que ya cubre sus necesidades, entonces comprará el de 5mil. Si compra el de 10mil es sólo porque el de 10mil cubre más necesidades que el de cinco. Otra de las principales posturas que justifican o defienden el consumismo son las que están basadas en la idea de la libertad de mercado, es decir, la posibilidad de comprar lo que sea sin ninguna restricción.

Causas y consecuencias

El consumismo se ve incentivado principalmente por:

* La publicidad, que en algunas ocasiones consigue convencer al público de que un gasto es necesario cuando antes se consideraba un lujo.
* La predisposición de usar y tirar de muchos productos,
* La baja calidad de algunos productos que conllevan un período de vida relativamente bajo los cuales son atractivos por su bajo costo pero a largo plazo salen más caros, y son más dañinos para el medio ambiente.
* Algunas patologías como obesidad o depresión que nos hacen creer más fácilmente en la publicidad engañosa, creyendo con esto que podemos resolver nuestro problema consumiendo indiscriminadamente alimentos, bebidas, artículos milagrosos u otro tipo de productos.
* El desecho inadecuado de objetos que pueden ser reutilizados o reciclados, ya sea por nosotros o por otros.
* La cultura y la presión social.

Efectos del consumismo

* Global: El consumismo es dañino para el equilibrio ecológico en su totalidad ya que actualmente existen muchos problemas relacionados con el excesivo consumo de recursos naturales que se hace a nivel mundial así como el que los procesos de producción en su gran mayoría generan contaminación.
* Regional: La preferencia de productos innecesarios o fácilmente sustituibles de una población que son producidos en otra región ayuda a desequilibrar la balanza comercial entre las regiones.
* Social: Frecuentemente se ayuda a la mala distribución de la riqueza, ya que los consumidores son por lo general de un nivel socioeconómico inferior que los dueños de las compañías generadoras de los productos objetos de consumismo.
* Familiar: Al caer en el consumismo aumentamos nuestros gastos de forma innecesaria comprando cosas que pudiéramos evitar o reducir como productos cuya publicidad promete milagros, productos de vida útil baja o productos sustitutos de otros naturales.
* Personal: Diversas opciones consumistas son menos saludables que las que no lo son. Por ejemplo, hacerse un zumo de naranja en casa en lugar de comprar uno empaquetado que además de contener conservante, viene con envases que acaban en la basura inorgánica.
* Cultural: Las expresiones culturales como transmisores de sentido y valores se modifican de tal manera que hoy el joven de la generación que se está formando, es preparado para consumir y no para ser una persona independiente y crítica.

Indicadores del consumismo

Existe consumismo cuando frecuentemente se presenta una o más de los siguientes casos:

* A nivel doméstico:

* Un producto se utiliza una sola vez o un pequeño número de veces respecto a uno similar que podría durar mucho más. Ejemplos: envases no retornables en lugar de retornables, maquinillas desechables en lugar de una de navajas intercambiables, bolsas de plástico de supermercado en lugar de bolsas resistentes y cámaras fotográficas desechables en lugar de una convencional.
* La cantidad de basura inorgánica que generamos es notablemente superior a la cantidad de basura orgánica. Este indicador es muy importante para hacer una autorreflexión de nuestros hábitos de consumo. Debemos generar un cambio interno.

Otra característica de las personas actuales es el consumismo, cuando el dinero domina a estas, la ciudad se convierte en un gran mercado y su habitante en un ser productor y consumidor/a.

La persona económica tiene dos caras, la de empresaria y la de consumidora, el empresario se preocupa por la prosperidad de su negocio, las tendencias de las personas de negocios son:

1. Tener más y ser más grandes que los otros.
2. Celeridad para llevar a cabo sus propios planes económicos es tan importante como su carácter masivo.
3. Le atrae lo nuevo.
4. Tiene anhelo de poder.

Casi todos los empresarios trabajan hasta el límite de las posibilidades humanas, lo cual es dañino.

Lo propio de los valores económicos consiste en ser intercambiados y consumidos; lo de los valores espirituales en ser expresados y comunicados.

A la persona light no le interesan tanto los héroes y los santos como en otras culturas, sus modelos son los que han triunfado económicamente, gente llena de cosas, pero a la intemperie metafísica, en general el bienestar material se incrementa mientras el desarrollo espiritual se reduce.

Esta peculiaridad de las personas modernas se anuda con lo anterior que nos permite calificarlo de homo oeconomicus. Esta persona económica de la que hemos hablado tiene dos caras: empresario/consumidor. La civilización moderna no sabe lo que es quien ignora el sentido.

Es aquel o aquella que integra una sociedad de consumo. Los valores económicos se intercambian y se usan. La gente consumista no establece distinciones. Tanto económicas como espirituales. La riqueza material desempeñó un papel importante en las sociedades humanas, pero jamás constituyó por sí misma objeto de admiración como en la actualidad.

Acciones que reducen el consumismo

* Nivel doméstico:
* Considerar diversas causas en un producto antes de su adquisición, como son su impacto en la salud, en el ecosistema y en la economía local y personal. También el movil que hace requerirlo, si es una necesidad concreta o creada artificialmente por medio de la publicidad o la moda.

Ejemplos de artículos considerados dentro del consumismo

* Todo tipo de productos de baja calidad. Por su relativa menor duración poseen un margen materiales/beneficio menor que los respectivos de mayor calidad, así cuesten un tanto más.
* Alimentos empaquetados y bebidas embotelladas. Un ejemplo es consumir dos litros de agua al día repartidos en cuatro botellas de medio litro. Luego de un año se habrán producido 1460 botellas de desecho.
* Platos, cubiertos y todo tipo de desechables. Es cómodo por su bajo precio usar y tirar, sin embargo el costo global considerando el impacto ambiental es importante.

La Sociedad de Consumo



Sociedad de consumo, o sociedad de consumo de masas, es un término utilizado en economía y sociología, para designar al tipo de sociedad que se corresponde con una etapa avanzada de desarrollo industrial capitalista y que se caracteriza por el consumo masivo de bienes y servicios, disponibles gracias a la producción masiva de los mismos.

El concepto de sociedad de consumo está ligado al de economía de mercado y, por ende, al concepto de capitalismo, entendiendo por economía de mercado aquella que encuentra el equilibrio entre oferta y demanda a través de la libre circulación de capitales, productos y personas, sin intervención estatal.

Surgimiento

Históricamente, podríamos señalar dos momentos para la transformación de la sociedad capitalista industrial en una sociedad de consumo de masas:

* Primero, en las últimas décadas del siglo XIX, se combinó por un lado, la unificación de Italia, y sobre todo de Alemania, y por otro, el aldabonazo que supuso la Comuna de París (todo ello en 1870-71); si lo primero disparó el crecimiento mercantil, industrial y científico técnico (Segunda Revolución Industrial), lo segundo contribuyó a que se establecieran legislaciones que hicieron aumentar los salarios, y ya con la conciencia de que el desarrollo de la demanda interna permitía el crecimiento del beneficio. Quizá es más frecuente señalar como hito la aplicación de la cadena de montaje a la fabricación de automóviles, por Henry Ford en 1909, lo que permitió el abaratamiento del producto final; pero sería mejor considerarlo un ejemplo, muy visible, de un proceso mucho más amplio.
* Después, como reacción a la Depresión de 1929, se fueron imponiendo políticas basadas en las teorías de J. M. Keynes, que promovieron un aumento constante de la demanda de los consumidores privados; estas políticas se generalizaron en el mundo capitalista en las décadas de los 1950 y 1960.

Crítica

Si por un lado, hay quien afirma que la discusión sobre la bondad o maldad de la sociedad de consumo es más de carácter ético o ideológico que estrictamente económico, en cuanto que la sociedad de consumo no sería sino un estadio avanzado de las sociedades industrializadas con el objeto de cubrir las necesidades y deseos de los consumidores; por otro hay quien señala que si la economía es la ciencia encargada de satisfacer las necesidades humanas con los recursos disponibles, es un problema económico de primer orden plantear en qué medida la sociedad de consumo cubre nuestras necesidades, o bien destina muchos recursos valiosos a satisfacer deseos fútiles, y a stocks invendibles, mientras deja sin cubrir necesidades fundamentales.

Una de las críticas más comunes sobre la sociedad de consumo es la que afirma que se trata de un tipo de sociedad que se ha "rendido" frente a las fuerzas del sistema capitalista y que, por tanto, sus criterios y bases culturales están sometidos a las creaciones puestas al alcance del consumidor. En este sentido, los consumidores finales perderían las características de ser personas humanas e individuales para pasar a ser considerados como una masa de consumidores a quienes se puede influir a través de técnicas de marketing, incluso llegando a la creación de "falsas" necesidades entre ellos.

Desde el campo ambientalista, la sociedad de consumo se ve como insostenible, puesto que implica un aumento constante de la extracción de recursos naturales, y del vertido de residuos, hasta el punto de amenazar la capacidad de regeneración por la naturaleza de esos mismos recursos imprescindibles para la supervivencia humana.

Desde el punto de vista de la desigualdad de riqueza internacional, se ha señalado también que el modelo consumista ha conducido a que las economías de los países pobres se vuelquen en la satisfacción del enorme consumo de las sociedades más industrializadas, mientras pueden dejar de satisfacer necesidades tan fundamentales como la alimentación de sus propias poblaciones, pues el mercado hace que se destinen los recursos a satisfacer a quienes pagan más dinero.

Los dos enfoques anteriores se combinan a la hora de señalar que, si la mayoría de la población mundial alcanzara un nivel de consumo similar al de los países industrializados, recursos de primer orden se agotarían en poco tiempo, lo que plantea serios problemas económicos, éticos y políticos.

La sociedad de consumo no sólo se refiere al consumo de bienes sino también al de servicios, dado que cada vez tiene más importancia en las sociedades desarrolladas el consumo de servicios; fruto, fundamentalmente, de la mayor disponibilidad de renta y tiempo libre. En este sentido, la crítica a este tipo de sociedades viene dada por el efecto de manipulación de la información, al objeto de "moldear" al consumidor para convertirlo en el "consumidor ideal" que pretenden las empresas que tienen el poder de hacerlo.

Por último, una de las mayores críticas a la sociedad de consumo viene de quienes afirman que ésta convierte a las personas en simples consumidores y que el sistema lo que propicia no es un intercambio de dinero por placer, sino que el placer se encontraría en el mero hecho del consumo en sí mismo.

Defensa

Para algunos de los defensores de la sociedad de consumo, como G. Katona y W. Rostow, el consumo de masas -la sociedad de consumo- es consecuencia del alto desarrollo al que han llegado determinadas sociedades y se manifiesta en el incremento de la renta nacional. A su vez, posibilita que un número cada vez mayor de personas adquiera bienes cada vez más diversificados. De esta forma, facilitando el acceso a una mayor cantidad y calidad de productos por una parte cada vez mayor de la sociedad, se estaría produciendo una mayor igualdad social.

Sociología y consumo

Desde el punto de vista de la sociología, el consumo queda definido como “el conjunto de procesos socioculturales en que se realiza la apropiación y los usos de los productos o servicios”. Productos o servicios que pueden estar a disposición del consumidor en cualquier parte y que pueden ser consumidos de distintas maneras. El simple hecho de la existencia de los productos o servicios los transforma en potencialmente consumibles y da a todos los consumidores el derecho legítimo de aspirar a tenerlos.

Es el dinero el que permite el consumo, pero cada vez es necesario menos dinero, ya que la producción en masa, así como las imitaciones, han hecho posible que personas que no pertenecen a las élites puedan tener acceso a productos o servicios similares.

El consumo implica relaciones de posesión, de dominación, pero también de imitación, siendo el mimetismo cultural un móvil importante para el consumo aún cuando el consumo es una elección consciente de cada persona y depende de su cultura. Y aunque la persona no pueda comprar los bienes, la sola ilusión de que puede llegar a hacerlo, el simple consumo visual, proporciona placer y hacen que la persona se sienta partícipe de este mundo.

La sociedad de consumo es un estadio del proceso de industrialización que acorta la vida de los productos, convirtiéndolos en obsoletos; el consecuente desarrollo de la tecnología los sustituye por otros más avanzados o con más y mejores prestaciones.

El análisis de los factores de producción desde un punto de vista contable, con una Matriz de contabilidad social, completa más el estudio de la sociedad de consumo.

El Capitalismo










El capitalismo es un sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados.

Surgido en Europa en el siglo XVI y concebido principalmente, al menos, de tres formas diferentes dependiendo del énfasis en la consideración de ciertas características como determinantes o intrínsecas desde enfoques respectivamente políticos, culturales y sociales, sin que esto implique necesariamente una exclusión mutua de las diferentes definiciones.

En cada caso existe una referencia en el origen etimológico de la palabra "capitalismo" a la idea de capital, y estas referencias son codependientes: quienes crean o adquieren capital permanecen como sus propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción, la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica.

Estas definiciones serían:

* El régimen económico en el cual la titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial basado en la propiedad privada.
* La estructura económica en la cual los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
* El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento de producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno se considere como causa o como consecuencia del control sobre los medios de producción por parte de quienes poseen el primer factor.
* Salvo en su específica combinación ninguna de las siguientes características es exclusiva del capitalismo: la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeana), o el predominio de las herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas. Así, sólo el conjunto codependiente de tales características puede ser considerado un sistema capitalista, organizativamente en torno a las relaciones sociales que produce en determinados espacios, independientemente se vea de forma favorable o no, sería:

* El sistema económico en el cual las relaciones sociales de producción y el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por delegación– se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los accionistas de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante un trabajo colectivo y conjunto, material e inmaterial, por cada uno de los actores de la misma empresa.

Por extensión se denomina capitalista a la clase social más alta de este sistema económico ("burguesía", o bien a la forma común que tendrían los intereses individuales de los propietarios de capital en tanto accionistas y patrones de empresas; también se denomina capitalismo a todo el orden social y político (legislación, idiosincrasia, etc.) que orbita alrededor del sistema y a la vez determina estructuralmente las posibilidades de su contenido.

Características

Para definir al capitalismo es necesario describir sus principios básicos, ya que si bien existe un consenso sobre su definición, este es de un nivel muy básico y suelen confundirse las características atribuidas al capitalismo (algunas suelen ser erróneas) con el capitalismo como sistema.

Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema económico, predomina el capital sobre el trabajo como elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital que por vía de apropiación lockeana puede separarse del trabajo asalariado.

En las democracias liberales se entiende muchas veces el capitalismo como un modelo económico en el cual la distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados en la mayoría de las veces por alguna forma de libre mercado. Ciertas corrientes de pensamiento discuten si esta es la definición exacta de capitalismo o si sólo se trataría de una de sus características (necesaria para el marxismo, contingente para la socialdemocracia, y aparente para el mutualismo). Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia social a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación jerárquica de funciones entre el empresario/patrón y el obrero/asalariado. Esto crea a su vez una sociedad de clases estratificadas en relación con el éxito económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el capitalismo la clase social dominante suele ser la burguesía.

Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos por los prestadores de capital para la producción social, deben estar en manos de las empresas y personas particulares que los adquieran. De esta forma a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán usar como mejor les parezca.

La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.

Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto (son oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también existe un gran número de personas o empresas, denominadas consumidores (también llamados demandantes), las cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos o mercancías. A través de la competencia se establece una "rivalidad" o antagonismo entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.

El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.

Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el capitalista, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y reproducción de los recursos, del capital; los trabajadores, quienes trabajan por la recompensa material que reciben (el salario) y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan al menor precio posible.

La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana, Adam Smith y Benjamin Franklin. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que el gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos , el control de la seguridad interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela de Viena de economía; George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas diferencias entre ambas.

Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el neoinstitucionalismo)

Origen

Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras". De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

Discusión política

Críticas al capitalismo

Parte de la critica al capitalismo es la opinión de que es un sistema caracterizado por la explotación intraeconómica (a diferencia del esclavismo y el feudalismo) de la fuerza de trabajo del hombre al constituir el trabajo como una mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: Medios de producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es privado.

El capitalismo para el materialismo histórico marxista

Para el materialismo histórico, el capitalismo es un modo de producción.

Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).

Capitalismo e imperialismo

Los críticos del capitalismo pretenden responsabilizar al mismo de generar numerosas desigualdades sociales. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin embargo se experimentaron notables mejorías en los países industrializados a lo largo del siglo XX. Pero los críticos del capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a study, Lenin El imperialismo, fase superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas sociales.

Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo matiz antiimperialista (a partir del pensmiento centro-periferia) provienen de los movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.

El mercado como institución no natural

Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944) insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción (tierra, o naturaleza y trabajo, o seres humanos) en beneficio del capital.

Ecologismo

La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la acumulación constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos naturales del planeta, muchos de los cuales no son renovables. Más aún, si el consumo de estos recursos es desigual entre los países y en sus respectivas clases sociales. Hasta hace algunas décadas, se pensaba que los recursos naturales eran inagotables y que la contaminación, pérdida de la biodiversidad y de paisajes eran los costes inevitables del progreso.

Actualmente existen dos tendencias principales: aquella que defiende un desarrollo sostenible de la economía (ideológicamente plurales), y otra que defiende un decrecimiento de la economía (ideológicamente cercanos al comunismo). Como contraparte al ecologismo colectivista, representado anteriormente, surge el ecologismo de mercado con base en la libertad individual.

Argumentos a favor del capitalismo

Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos.

Sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo moderno. Mientras que las mediciones no son idénticas, aquellos que están a favor argumentan que incrementar el PIB (per capita) ha demostrado empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y ancianos.

Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista brinda más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las sociedades igualitarias/socialistas.

Defensores del capitalismo afirman que este sistema puede organizarse a sí mismo como un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de planeamiento o guía externa. A este fenómeno se lo llama laissez faire. En un proceso de este tipo la búsqueda de ganancias tiene un rol importante. A partir de las transacciones entre compradores y vendedores emerge un sistema de precios, y los precios surgen como una señal de cuáles son las urgencias y necesidades insatisfechas de las personas. La promesa de ganacias les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre si.

Este sistema de coordinación, que se presenta como descentralizado, es visto por los defensores del capitalismo como una de sus mayores fortalezas. El argumento es que permite que se prueben muchas soluciones, y dice que la competencia que existe en el mundo real generalmente encuentra una buena solución a los desafíos emergentes. En contraste, dicen, la planificación central a menudo selecciona soluciones inapropiadas como resultado de predicciones equivocadas. Sin embargo, en todas las economías modernas existentes, el Estado conduce algún grado de planeamiento centralizado de la economía (usando tales herramientas como permitir que banco central del país establezca las tasas de interés de base), ostensiblemente como un esfuerzo para mejorar la eficiencia, atenuar los ciclos económicos, y buscar ciertos beneficios sociales específicos.

Algunos defensores del capitalismo que siguen la Escuela Austríaca de Economía argumentan que hasta este control limitado crea ineficiencias porque no se pueden predecir actividades de largo plazo de la economía. Desde la Escuela Monetarista el economista Milton Friedman ha argumentado que la Gran Depresión de la década de 1930 fue causada por políticas equivocadas de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Anarquismo

Algunas personas, como los anarquistas, sostienen que la política económica peyorativamente denominada por la izquierda como "capitalismo" y por la derecha como "socialismo" realmente son términos ideoléxicos que identifican una misma economía fuertemente subsidiada y los mercados igualmente intervenidos. Consideran el modelo "realmente existente" como un sistema mercantilista manejado entre el Estado y grupos de presión, especialmente la alianza plutocracia-funcionariado. Dentro del anarquismo existe tanto el anarquismo de mercado como el anarcosocialismo; sin embargo ambos coinciden en que el status quo económico primordialmente es el producto o resultado, y no el origen, de la intervención política y económica del Estado.

Efectos del capitalismo en la actualidad

El capitalismo hasta hoy en día, principios del siglo XXI, tiene la misma forma que empezó a tener desde la descolonización. Mientras en el llamado primer mundo o la región norte y sobre todo occidente, la gran mayoría de la población (menos el cuarto mundo) disfruta de las riquezas que genera una gestión de gobierno más o menos capitalista, en el tercer mundo con sus sistemas económicos muchas veces absorbidos por la burocracia, los grupos de presión y la corrupción política no logran tales estándares de vida.

El Anticonsumismo



Anticonsumismo es el rechazo del consumismo. Es parecido, mas no idéntico, al activismo anticorporativo (anti-corporate activism). El consumismo es un término usado para describir los efectos de la economía de mercado en el individuo. Implica la compra desmesurada junto con la posibilidad de acceso a cualquier producto del mercado. La manera en que se debe tratar a los consumidores ha causado revuelo entre los activistas. El activismo anticonsumista muchas veces conserva una estrecha relación con el activismo ecológico y el altermundismo, y a veces con el activismo en defensa de los animales debido a la oposición a las prácticas de algunas trasnacionales como McDonald's (ver McLibel).

En años recientes, ha habido un incremento en el número de libros (Naomi Klein 2000 No logo como el mejor ejemplo) y películas (The Corporation, Surplus) que han ofrecido una visión ideológica anticorporativa al público.

La oposición al materialismo económico proviene principalmente de dos fuentes: La religión y el activismo social. La mayoría de las religiones se oponen al materialismo, pues creen que interfiere en la conexión con lo divino o que lleva a un modo de vida inmoral. Grandes personalidades han asegurado que su inspiración espiritual los llevó a un estilo de vida simple, como Francisco de Asís, Ammon Hennacy y Mohandas Gandhi. Los activistas sociales han ligado diversas formas de materialismo con las guerras, el crimen, y el malestar social en general. Fundamentalmente, la preocupación es que el materialismo no puede ofrecer una verdadera razón de ser para la existencia humana.

Entorno

El anticonsumismo generalmente es asociado con la crítica al consumo a partir de Karl Marx y Thorstein Veblen, pero según el libro de Veblen Theory of the Leisure Class, los orígenes del consumismo se remontan al mismo principio de las civilizaciones humanas. El consumismo también puede referirse a políticas económicas asociadas con la economía Keinesiana, y, en sentido abstracto, referirse a la creencia en que la libre elección de los consumidores debería regir la estructura económica de la sociedad. El comediante Bill Hicks y el escritor Pier Paolo Pasolini presentaron una fuerte oposición al consumismo.

Política y Sociedad

Los activistas anticorporativos creen que el aumento de las grandes corporaciones está amenazando la autoridad legítima del estado y de los estratos públicos. Se siente que esas corporaciones están invadiendo la privacidad de la gente, manipulando la política y el gobierno, y creando falsas necesidades de consumo. El tipo de evidencia que soporta estas opiniones incluye la publicidad invasiva (como el adware, el spam, el Telemarketing, etc.), las gigantescas contribuciones económicas a candidatos en elecciones democráticas por parte de las corporaciones, la interferencia en las políticas de las naciones soberanas, y un sinfín de historias en el mundo acerca de corrupción relacionada con las empresas. Los manifestantes anticonsumistas alegarían que las grandes corporaciones solo tienen la obligación de responder ante sus accionistas, dando a los Derechos Humanos y otros aspectos similares poca o ninguna importancia. En la práctica, la dirección de una compañía sí tiene una responsabilidad primaria por sus accionistas, pues cualquier actividad filantrópica que no sea útil para la empresa podría generar diferencias y rupturas de confianza. Este tipo de responsabilidad financiera significa que las corporaciones multinacionales usualmente buscan estrategias que intensifican el trabajo y tratan de reducir costos. Por ejemplo, tratan de encontrar (ya sea directamente o a través de empresas de outsourcing o Subcontratación) países con economías basadas en bajos salarios y con leyes que no sean exigentes con los Derechos Humanos, con las prestaciones laborales, con el Medio ambiente, etc. (ver, por ejemplo, Nike).

Consumo responsable



Consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran que los seres humanos harían bien en cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.

Entre las citadas organizaciones se encuentran Ecologistas en Acción, algunos partidos verdes y en especial aquéllas organizaciónes e individuos que propugnan una ecología social.1 Además, otras tendencias, como por ejemplo el Decrecimiento, opinan que una reducción del consumo y de los recursos empleados es necesaria e inevitable para que no se produzca el colapso del planeta.

Se esgrime que el acto de consumir no sólamente es la satisfacción de una necesidad, sino que implica colaborar en los procesos económicos, medioambientales y sociales que posibilitan el bien o producto consumido. Por ello se postula que deberían tenerse en cuenta en el momento de elegir entre las opciones disponibles en el mercado las que menos repercusiones negativas tengan.

Algunos de los puntos a tener en cuenta en el consumo responsable son:
* Considerar el impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo de vida del producto a comprar, valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja el producto.
* Determinar la huella ecológica que determinado estilo de vida y consumismo producen.
* Determinar qué empresas, productos y servicios, respetan el medio ambiente y los derechos humanos para preferirlos frente a otros que no cumplan con los citados requisitos.
* Plantear el tipo de comercio que se desea favorecer.
* Asegurar la calidad de lo comprado.

Consejos para un consumo responsable

La organización Ecologistas en Acción ha publicado una serie de consejos para un consumo responsable en fiestas y celebraciones; los mismos son:

1. Antes de comprar algo, reflexiona detenidamente si realmente se necesita comprarlo o si solo te estás guiando por la publicidad.
2. Si te decides a comprar algo, averigüa muy bien de qué materia prima se fabrica, en que forma su proceso de manufacturación impacta al medio ambiente y si genera algún daño o Injusticia social.
3. También considera qué impacto al medio ambiente tiene el uso de lo que piensas comprar.
4. Cada vez que compres algo, debes pensar en los residuos y la basura que genera.
5. Evita los productos de "usar y tirar", si no son estrictamente necesarios.
6. Rechaza las bolsas de plástico que dan en supermercados y comercios, si puedes lleva tus propias bolsas de tela, de papel o de cartón.
7. Compra el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.
8. Recicla antes que comprar, muchas de las cosas que están para tirar pueden volver a utilizarse de otras maneras y formas, usa tu imaginación.
9. Evita las latas y los productos muy envasados. Las fiambreras y los tarros de cristal son una forma más ecológica que guardar los alimentos en plástico y aluminio.
10. Preferir productos con envases retornables o reutilizables.

Consumismo no significa felicidad


Más del 25% de la población mundial ha sucumbido al consumismo.


Las tendencias cada vez más consumistas que se evidencian en muchas partes del planeta son insostenibles, según un nuevo informe del Instituto Worldwatch, con sede en Estados Unidos.

"El mundo consume productos y servicios a un ritmo insostenible, con resultados graves para el bienestar de los pueblos y el planeta", dicen los investigadores.

La organización señala que, mientras que casi 3.000 millones de personas sobreviven con menos de US$2 diarios, más de 1.700 millones, o sea más del 25% de la población mundial, ha adoptado un estilo de vida que en el pasado era exclusivo de los ricos.

"Los mayores índices de obesidad y deuda personal, la escasez crónica de tiempo y la degradación ambiental son síntomas de un consumo excesivo que reduce la calidad de vida de muchas personas", advierten.

[quote]”Los mayores índices de obesidad y deuda personal, la escasez crónica de tiempo y la degradación ambiental son síntomas de un consumo excesivo que reduce la calidad de vida de muchas personas”[/quote]


Presiones


[quote]”El apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas” de Christopher Flavin, director del Instituto Worldwatch.[/quote]


El Instituto Worldwatch dice que el creciente consumo en el mundo industrializado y en los países en vías de desarrollo ha ejercido presiones sin precedentes en los recursos del planeta.

Los bosques, tierras agrícolas, selvas y territorios vírgenes disminuyen para dar espacio a la gente, casas, centros comerciales y fábricas, señalan.

El director del centro de estudios, Christopher Flavin, dijo que el consumo no es intrínsecamente negativo.

"El aumento del consumo ha ayudado a satisfacer necesidades básicas y a crear empleos", explicó.

"Pero, en este siglo, el apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas", añadió.

Más autos que permisos

Ejemplo clásico de consumismo: en EE.UU. hay más autos que conductores.


Según el Instituto Worldwatch, el país con más altos niveles de consumo es Estados Unidos, donde hay más automóviles que personas que tienen permiso para conducirlos.

Pero no por eso los estadounidenses son más felices. Cuando se les preguntó, sólo un tercio de ellos dijo ser "muy feliz".

Esa cifra es prácticamente la misma de quienes se creían muy felices en 1957, cuando los niveles de riqueza en el país representaban la mitad de los actuales.

Por otra parte, en países como China la demanda consumista ha estimulado la economía, creado empleos y atraído inversiones externas, dicen los autores del informe.

Pero unos 240 millones de chinos han ingresado al ejército de consumidores, una cantidad que pronto superará la de EE.UU., agregan.

Los investigadores proponen reformas tributarias que permitan dedicar más fondos al cuidado del medio ambiente, la introducción de leyes que obliguen a la industria a reciclar sus productos y a producir bienes más duraderos, y nuevas vías para fomentar la responsabilidad personal.

Exceso de televisión contribuye al consumismo infantil


Debemos orientar el tema del Consumo en Educación Básica, con el fin que los docentes tomen conciencia del significado del consumo, como base del comportamiento de las personas que impregna el conjunto de relaciones sociales y, a partir de ello, favorezcan en sus alumnos el desarrollo de actitudes
y conductas positivas frente a esta actividad que forma parte de su diario vivir.


Nuestra sociedad moderna requiere de la creación de una cultura de respeto de los derechos y deberes de los consumidores y, para ello, un factor fundamental e imprescindible es la educación acerca de cuáles son estos derechos, cuál es su sentido y cuales son las responsabilidades que todos tenemos en nuestras decisiones y acciones diarias de Consumo.

La Educación para el Consumo se relaciona directamente con los Objetivos Fundamentales Transversales, ya que estos buscan, a lo largo de toda la
Enseñanza Básica, el desarrollo de valores, vinculados tanto a la vida personal,
como social y ciudadana, que son consistentes con los Objetivos de la Educación
para el Consumo.

Los diferentes subsectores de aprendizaje se ven favorecidos y potenciados con un trabajo contextualizado y vinculado con la vida cotidiana de los niños en el área del Consumo, lo que lo hace más significativo y pertinente para ellos. El bombardeo publicitario y atractivos artículos en tiendas, supermercados y las imagenes promocionales de la televisión, seducen a los más pequeños.

El propio consumismo de los padres y una forma de crianza distante son los factores que mayor incidencia tienen en el ansia por comprar. Es necesario modificar ciertas actitudes que hagan sentir a los niños que comprar es algo valorable y que es una forma de medir cuán éxitoso se es en la vida.

Los padres más distantes con sus hijos suelen establecer formas erradas de comunicación, estos adultos suelen medir su cariño con el tamaño del regalo que les dan a sus hijos y su relación se basa en la medida en que el niño pide algo y el padre se lo da, comprando como una suerte de sustituto afectivo.

Debemos considerar que la publicidad televisiva es un gran negocio y que su tarea es hacer que la gente compre cosas que tal vez no son prioritarias aumentando las deudas mes a mes, transmitiendo al niño un estilo de vida
consumista.

La propuesta que sustenta este trabajo es insertar la Educación para el Consumo en los distintos Subsectores de Aprendizaje abordando distintos
temas de consumo, como alimentación, vestuario, publicidad, cuidado del medio ambiente, seguridad en el consumo, salud etc.

Todas estas propuestas se presentan, a modo de sugerencia, a través de Fichas
pedagógicas, que pueden considerar distintas estratégias metodológicas y la flexibilidad de ser adaptadas de acuerdo a la realidad del grupo curso.
FICHAS:
LA TIENDA MÁGICA - Subsector Lenguaje y Comunicación
AL REVÉS Y AL DERECHO - Subsector Lenguaje y Comunicación
EL MERCADO EN LA ESCUELA - Subsector Educación Mtemática
LA CASA UNA NECESIDAD VITAL - Subsector Comprensión del Medio Natural, Social y Cultural
NUESTRAS REGLAS DE CONVIVENCIA - Subsector Comprensión del Medio Natural, Social y Cultural
UNA GUÍA PARA CIEGOS - Unidad Integrada

Se presentan material web como registro de los logros obtenidos, con una
selección de actividades para cada ficha trabajada.

http://www.educarchile.cl/personas/educacionparaelconsumo

Aquí pueden ver la Obra de teatro realizada realizada junto a los alumnos al abordar la influencia de la televisión en los niños.
Los Subsectores de aprendizaje se ven favorecidos y potenciados con un trabajo
vinculado, con la vida cotidiana de los niños, lo que lo hace más significativo
y pertinente para ellos.
La invitación es a trascender buscando espacios diferentes donde nuestra labor en educación se nutre con este tema interdisciplinario y transversal para la formación escolar.
Quiero felicitar al SERNAC nacional y a su director don Alberto Undurraga quien nos compromete como educadores a construir un futuro responsable, en el cual el respeto a los Derechos y Deberes de los consumidores sea parte de nuestra cultura.

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