jueves, 5 de febrero de 2009

Einsten arrepentido

Las terribles expectativas de destrucción que ocasionaría la bomba atómica en manos de los alemanes obligaron a Albert Einstein enviarle esta misiva al presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt.



Albert Einstein
Old Grove Rd.
Nassau Point
Peconic, Long Island

2 de Agosto de 1939

Franklin D. Roosevelt
Presidente de los Estados Unidos
White House
Washington, D.C.


Señor:
Algunos recientes trabajos de Enrico Fermi y L. Szilard, los cuales me han sido comunicados en manuscritos, me llevan a esperar, que en el futuro inmediato, el elemento uranio puede ser convertido en una nueva e importante fuente de energía. Algunos aspectos de la situación que se ha producido parece requerir mucha atención, y si fuera necesario, inmediata acción de parte de la Administración. Por ello creo que es mi deber llevar a su atención los siguientes hechos y recomendaciones:

En el curso de los últimos cuatro meses se ha hecho probable -a través del trabajo de Loiot en Francia así como de Fermi y Szilard en los Estados Unidos- el inicio de una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, por medio de la cual se generaría enormes cantidades de potencia y grandes cantidades de nuevos elementos parecidos al uranio. Ahora parece casi seguro que esto podría ser logrado en el futuro inmediato.

Este nuevo fenómeno podría ser llevado a la construcción de bombas, y es concebible -pienso que inevitable- que puedan ser construidas bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas. Una sola bomba de ese tipo, llevada por un barco y explotada en un puerto, podría muy bien destruir el puerto por completo, así como el territorio que lo rodea. Sin embargo tales bombas podrían ser demasiado pesadas para ser transportadas por aire.

Los Estados Unidos tiene muy pocas minas con vetas de uranio de poco valor, en cantidades moderadas. Hay muy buenas vetas en Canadá y Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio está en el Congo Belga.

En vista de esta situación usted podría considerar que es deseable tener algún tipo de contacto permanente entre la Administración y el grupo de físicos que están trabajando en reacciones en cadena en los Estados Unidos. Una forma posible de lograrlo podría ser comprometer en esta función a una persona de su entera confianza quien tal vez podría servir de manera extraoficial. Sus funciones serían las siguientes:

a) Estar en contacto con el Departamento de Gobierno, manteniéndolos informados de los próximos desarrollos, y hacer recomendaciones para las acciones de Gobierno, poniendo particular atención en los problemas de asegurar el suministro de mineral de uranio para los Estados Unidos.

b) Acelerar el trabajo experimental, que en estos momentos se efectúa con presupuestos limitados de los laboratorios de las universidades, con el suministro de fondos. Si esos fondos fueran necesarios con contactos con personas privadas que estuvieran dispuestas a hacer contribuciones para esta causa, y tal vez obteniendo cooperación de laboratorios industriales que tuvieran el equipo necesario.

Tengo entendido que Alemania actualmente ha detenido la venta de uranio de las minas de Checoslovaquia, las cuales han sido tomadas. Puede pensarse que Alemania ha hecho muchas acciones, porque el hijo del Sub-Secretario de Estado Alemán, von Weizacker, está asignado al Instituto Kaiser Guillermo de Berlín donde algunos de los trabajos americanos están siendo duplicados.

Su Seguro Servidor,
Albert Einstein



"NO PUDE HACER NADA"
LOS ATAQUES A HIROSHIMA Y NAGASAKI
Einstein, lleno de culpa por la bomba atómica



Trascendieron dos cartas en las que el célebre físico denota su remordimiento.


TOKIO. ANSA

Dos cartas del físico Albert Einstein donde expresa su remordimiento por no haber podido evitar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki fueron difundidas, a un mes del 60º aniversario de aquella masacre nuclear.

El padre de la teoría de la relatividad —la base para fabricar la bomba atómica— mantuvo correspondencia con Seiei Shinohara, un amigo filósofo japonés, conocido en Alemania y muerto en 2001.

La viuda de Shinohara fue quien difundió las cartas en apoyo de la causa antinuclear. "Condeno totalmente el recurso de la bomba atómica contra Japón, pero no pude hacer nada para impedirlo", escribió el Premio Nobel de Física dos años antes de su muerte, ocurrida en 1955.

Fueron escritas entre 1953 y 1954, años después que EE.UU. lanzara sendas bombas de uranio y de plutonio sobre las ciudades japonesas de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y Nagasaki, tres días después. Más de 140 mil personas murieron con la explosión y las víctimas de la radiación que fallecieron en los años siguientes superaron las 100 mil en ambas ciudades japonesas.

Einstein nació en Alemania en 1879, en el seno de una familia judía, luego se nacionalizó suizo y más tarde, estadounidense. Expuso la teoría de la relatividad en 1915, recibió el Nobel de Física en 1921 y murió en Princeton, EE.UU., en 1955. Desde 1905 las investigaciones del físico, que debió abandonar la Alemania nazi, permitieron luego el desarrollo de la fusión del átomo.

Las cartas de Einstein al filósofo Shinohara demuestran cuánto sentía el físico la necesidad de justificarse. Es que, en 1939, le escribió al presidente Franklin D. Roosevelt advirtiendo que la Alemania de Adolfo Hitler se encaminaba a fabricar la primera bomba atómica. Roosevelt le respondió el 19 de octubre de 1939 —cuando ya se había desatado la II Guerra Mundial— que había ordenado a una junta analizar esa información. El resultado fue la fabricación de la bomba atómica en EE.UU.

En varias ocasiones Einstein trató de persuadir sin éxito al presidente norteamericano de abandonar el programa nuclear. Roosevelt condujo a EE.UU. durante la guerra y murió a causa de una hemorragia cerebral en 1945, sin ver el final de la contienda mundial a la que su país ingresó en 1941. Finalmente, fue su sucesor, Harry Truman, quien tomó la decisión de lanzar dos ataques atómicos contra Japón, en 1945.

"Si lo hubiese sabido, no hubiera escrito jamás esa carta", comentó amargamente el científico luego de la masacre nuclear. "Mi pacifismo es un sentimiento instintivo, un sentimiento que me domina porque el asesinato del hombre me inspira profundo disgusto. Mi inclinación no deriva de una teoría intelectual; se funda en mi profunda aversión por toda especie de crueldad y de odio", escribió.

La difusión de las cartas de arrepentimiento coinciden con el "Año Einstein" en Alemania, en el cincuentenario de la muerte del gran genio de la ciencia del siglo XX. Además, 2005 ha sido elegido para celebrar el Año Mundial de la Física. En 1905 Einstein publicó cinco ensayos que revolucionaron la visión clásica del espacio, el tiempo, la materia y la energía.


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