jueves, 11 de junio de 2009

Los Testigos de Jehová y la Alemania Nazi

Socialmente controvertidas son determinadas prácticas cotidianas de los Testigos de Jehová: su negativa a celebrar festividades de origen pagano, a aceptar transfusiones de sangre, y a cualquier práctica y símbolo externo que denote valores nacionales.
En esta línea, también ha despertado polémicas la posición que este grupo religioso tuvo durante la Alemania de Hitler. Así, abunda literatura cargada de acusaciones colaboracionistas hacia el grupo iniciado por Russell, menos fecundos, pero no por eso menos estridentes, encontramos también defensores de la Watch Tower, en especial, entre sus filas. Resulta curioso que pueda a priori llegarse a ambas conclusiones partiendo de las mismas fuentes (los propios textos de la organización). Tal el origen de este artículo.

Según informes de la Sociedad Watch Tower, en 1933 25.000 Testigos "adoraban a Jehová Dios y distribuían publicaciones bíblicas" en Alemania. En ese mismo año, con la presidencia de la organización en manos de Joseph Rutherford, y la administración de la sucursal alemana a cargo de Paul Balzereit, se celebró una asamblea y una declaración fue enviada al gobierno de Hitler.
Algunas personas sostienen que la asamblea de 1933 en Berlín y la Declaración de los hechos constituyeron un intento de los Testigos prominentes de demostrar su apoyo al gobierno nazi y su odio por los judíos
Habiéndose referido al dinero, la "Declaración" pasó a denunciar las prácticas injustas del comercio a gran escala. Dijo: "Han sido los comerciantes judíos del imperio británico-americano quienes han generado y mantenido el comercio a gran escala a fin de explotar y oprimir a la gente de muchas naciones".
Los Testigos defendían algunos nobles ideales que el gobierno alemán abanderaba públicamente, como los valores familiares y la libertad religiosa. A este respecto, la Declaración añadió: "Un examen minucioso de nuestros libros y demás publicaciones pone de relieve el hecho de que los mismos elevados ideales que sostiene y promulga el actual gobierno de la nación se exponen, defienden y recalcan con firmeza en dichas obras, y muestra que Jehová Dios se encargará de que todas las personas que aman la justicia los alcancen a su debido tiempo".
Los tres párrafos recién citados pertenecen a la publicación de la Watch Tower Bible and Tract Society "Los testigos de Jehová se enfrentaron con valor al peligro nazi".
De la misma publicación extraemos también las siguientes citas:
En 1929, más de tres años antes de que Hitler subiera al poder, la edición alemana de The Golden Age declaró con denuedo: "El nacionalsocialismo es [...] un movimiento que opera [...] directamente al servicio del enemigo del hombre: el Diablo".
En 1933, The Golden Age publicó el primero de una serie de reportajes sobre la existencia de los campos de concentración en Alemania. En 1938, los testigos de Jehová editaron en alemán, francés y polaco el libro Cruzada contra el cristianismo, que documentaba cuidadosamente los ataques virulentos de los nazis contra los Testigos e incluía esquemas de los campos de concentración de Sachsenhausen y Esterwegen.
El 2 de octubre de 1938, en su discurso "Fascismo o libertad", Rutherford denunció a Hitler en los siguientes términos nada equívocos: "La gente común de Alemania es amante de la paz -proclamó Rutherford-. El Diablo ha puesto a Hitler, su representante, en control. Este hombre está perturbado mentalmente, es cruel, malicioso, despiadado [...]. Persigue cruelmente a los judíos por cuanto en un tiempo estuvieron en pacto con Jehová y portaron el nombre de Jehová, y porque Cristo Jesús fue judío".
El número del 15 de mayo de 1940 de Consolation dijo: "Hitler es un hijo del Diablo tan consumado que los discursos y las decisiones [del demonio] fluyen por él cual si fueran aguas que corren por una cloaca bien construida".
Poder extraer del mismo texto tanto los argumentos que abonan las posturas críticas a los Testigos como las defensas que ellos mismos esgrimen ante esas mismas críticas es sumamente curioso. Más aún si consideramos que este texto es producción de la misma Sociedad Watch Tower.
Pudiéndose constatar la verdad histórica de la producción del contenido de tal texto, ya no tiene sentido recurrir a comprobar la veracidad o falsedad de ataques o defensas, procurando dotar de coherencia a un discurso que en apariencia se revela contradictorio. La solución a este aparente enigma discursivo se encuentra en el análisis de la teología del grupo, fundamentalmente en aquellos aspectos relacionados con el concepto de autoridad.
- Jehová Dios es el Soberano Supremo
- Los verdaderos cristianos se mantienen neutrales en política
- Dios resucitará a quienes sean fieles a él hasta la muerte
Su teología expresa la dicotomización de las esferas religiosa y política, y la jerarquización de ambas colocando a la primera por sobre la segunda ("ellos no son parte del mundo".
"Dan al César, es decir, al poder civil, lo que le corresponde, pero a Dios, lo que es de él. (Mateo 22:21)" . Y lo que corresponde a Dios es la lealtad y devoción absolutas, exclusivas y excluyentes. La autoridad suprema es Dios, las autoridades civiles se encuentran al margen del plan divino (aunque existen según su arreglo).
Todos los atributos reconocibles de la autoridad están colocados en Dios, esto excluye cualquier otro tipo de símbolo de "reverencia/adoración" hacia otras autoridades. No hay en su rechazo por determinados signos externos de autoridades sino como contrapartida una extrema sumisión a la autoridad divina. Este Dios no es sólo un dios de amor, sino también y fundamentalmente un dios de poder.
Lejos de producirse una deslegitimación del concepto general de autoridad, se advierte una notoria sujeción práctica hacia el mismo, y, concretamente, hacia cualquier autoridad terrenal. Pero el reconocimiento de la pluralidad de autoridades se produce mediante el rodeo divino: las autoridades civiles existen "según su arreglo" (de Dios). La apoliticidad terrena tiene como contrapartida (y se explica por) una absoluta politización celestial.
La teología del grupo delimita a sus creyentes "del mundo", y no mantiene esperanza alguna en la actuación del hombre sobre éste para su modificación, pero su apoliticidad no significa desconocimiento de la ley. "Es... del dominio público el respeto que los testigos de Jehová tienen a la ley, el orden y las autoridades gubernativas. Jamás han sido un semillero de insurrección, ni lo serán nunca [...] Se mantienen neutrales en política. Por su lealtad a Dios, obedecen las legislaciones de sus respectivos gobiernos. De hecho, son ciudadanos modelos en lo que respecta a la 'sujeción a las autoridades superiores'. (Romanos 13:1.) Nunca han propugnado la rebelión contra ningún gobierno humano".
Por esa razón, es que en su carta a Hitler, destacan su respeto por las estructuras establecidas:
"Local police authorities must always affirm that Bible Students definitely have to be counted as among those elements of the country and people that love and support order".
[Las autoridades policiales locales deben afirmar siempre que los Estudiantes de la Biblia deben contarse definitivamente entre aquellos elementos del país y del pueblo que aman y apoyan el orden].
"Finally, this five-thousand-delegate convention stated that the Bible Student-Watch Tower organization stands for the maintenance of order and the security of the state".
[Finalmente, esta delegación de 500 afirma que los Estudiantes de la Biblia-Organización Watch Tower aboga por el mantenimiento del orden y la seguridad del estado]
En realidad, podemos decir que su apoliticidad se transforma en intervención política claramente, cuando no en confrontación con el poder terreno. Sin embargo, esa confrontación no se entiende por sí misma.
"El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler fue nombrado nuevo canciller de Alemania. Al principio, su gobierno trató de ocultar su naturaleza violenta y extremista. De ahí que a principios de 1933, los Testigos, igual que otros millones de alemanes, considerasen al Partido Nacionalsocialista (nazi) la legítima autoridad gubernativa del momento. Los testigos esperaban que el gobierno nacionalsocialista comprendiera que constituían un grupo pacífico y observante de la ley que no presentaba ninguna amenaza subversiva para el Estado. Ese deseo no suponía ninguna violación de los principios bíblicos. Lo mismo que en otros países, los Testigos deseaban informar al gobierno de la auténtica naturaleza apolítica de su religión".
La confrontación con el poder terreno es sólo en el punto en que este pretenda colocarse sobre Dios y sus leyes.
"A causa de sus criterios basados en las Escrituras, los testigos de Jehová alemanes se negaron a efectuar el saludo hitleriano, apoyar al Partido Nacionalsocialista o participar posteriormente en actividades militares (Éxodo 20:4, 5; Isaías 2:4; Juan 17:16)".
Es sólo cuando la excluyente puesta de la vida cotidiana al servicio de los signos externos de adoración a un poder terreno entra en contradicción con la excluyente puesta de la política en la esfera celestial, que los Testigos de Jehová y el gobierno alemán hitleriano confrontarán, y donde el polo más débil -los Testigos- quedará como uno de los tantos blancos del polo más fuerte.

2 comentarios:

The Seeker dijo...

Ellos en verdad eran ocultistas.

No quiero andar chingando, pero deberías de tener un mayor respeto hacia las personas en general, como las de otras ideologias o religiones :S

metabel dijo...

ja!
respeto lo tengo hacia quien se lo merece.
pro a la gente que quiere imponer su ideología por sobre las demás merece mi total y ácida irrespetuosidad.